miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA ROCA SANTUARIO DEL CASTRO DE YECLA DE YELTES (Salamanca)

Son infrecuentes las ocasiones en las que uno se topa con tan fácilmente reconocibles santuarios rupestres... 
La mayoría de las veces, se evidencian elementos artificiales sin aparentes nexos de unión; se sabe que se está ante algo tallado por mano del hombre, pero poco más se puede decir con cierta certidumbre.

Este santuario que expongo ahora posee, sin embargo, además de su probable carácter inédito, unas características que le hacen muy peculiar.


Aunque siempre lo digo, no se dirá lo suficiente: un santuario es la suma de elementos varios dedicados a la realización de ritos cultuales prehistóricos, protohistóricos o históricos. 


Realmente, se acaba aprendiendo a ver viendo; sí, aunque parezca banal, es así de sencillo. Sencillo y complicado a la par, pues hay que dedicarle tiempo y ganas. También hay que tener una buena dosis de respeto y admiración hacia lo desconocido, así como esa sensación trascendente de encontrarse ante algo que se realizó hace milenios. 

Si no tienes curiosidad, si no te interesa "aprender" a leer las piedras, lo más inteligente que puedes hacer es abandonar en este punto este blog y dedicarte a otra cosa que te resulte más productiva. Si, por el contrario, crees que escudriñar piedras y "leerlas" es algo siquiera mínimamente inteligente y con sentido, quédate: tal vez llegue a entusiasmarte. Es lo que dijo un admirado "traductor" de piedras ante unos petroglifos realmente hermosos: "Cuanto más los veo, menos los entiendo; cuanto menos los entiendo, más me gustan". 
Esa es la filosofía general del lenguaje de las piedras, llegar a descifrarlas, y si esto no se consigue, siempre te queda esa casi inefable sensación que te hace más anchos los ojos y el pecho, además de esa sonrisa cómplice en el rostro y que sienta tan bien...


Volviendo a esta roca santuario de Yecla de Yeltes, hay que decir que cumple algunos de los cánones de todo santuario que se precie (cazoletas de diferentes tamaños, elevación somera de algunos elementos y uso seguro del elemento líquido). Elementos reiterados, pues... Y, sin embargo, es la disposición de algunas de estas cazoletas (en formación de triángulo, unas, y en alineamiento, otras), así como la realización mimada de un canal de desagüe de la cazoleta "principal" (estrechándose más a medida que se iguala en altura con la superficie de la roca santuario, asegurando, así, una regular y nada abrupta dispersión del líquido sobre aquella), es todo ello, decía, lo que dota al conjunto de singularidad y, para mí, armonía y belleza, aún pendiente el estudio geográfico y astroarqueológico de la alineación de las tres cazoletas y el canal de vaciamiento.

Bien, nada más por ahora. 
Os dejo con los documentos gráficos, que creo suficientemente explícitos de la excepcionalidad del santuario.



1. Allí donde no parecía haber nada...


2. ... tras una delicada limpieza, 
surge lo que estaba oculto



3. Tres cazoletas alineadas con el desagüe de la última




4. El mismo alineamiento de la fotografía anterior, 
buscando la orientación oeste (puesta del Sol)




5. Además de las cazoletas de mayor tamaño, 
hay otras, más pequeñas. Probablemente, en otro tiempo,
fueron llenadas con sangre y/o agua




6. Detalle donde se puede apreciar mejor la forma del canal




7. En la parte inferior de la roca santuario,
destacan tres cazoletas en formación triangular 
(formación muy común en otros lugares de
este castro celta), así como trazados
geométricos o zoomorfos, muy erosionados