miércoles, 24 de diciembre de 2014

CANALES Y HOYUELOS ABULENSES: DOS LIENZOS HERMANOS.

PREÁMBULO:
LA existencia de cazoletas, hoyuelos y canales está presente a lo largo de casi todos los periodos en los que el hombre demostró ir más allá de la lucha por la subsistencia.

Las primeras cazoletas realizadas con intencionalidad de las que se tienen noticias aparecieron en una laja que cubría el cadáver de un niño Neanderthal. Una, en contacto con el cuerpo; la otra, mostrándose al aire y al cielo. Simbolismo puro, la trascendencia hacia el más allá, un grito por permanecer aun en otro plano de existencia, la muerte y la memoria en los vivos.

Probablemente, se producirán hallazgos aún más antiguos que la lápida del niño Neanderthal: es, sólo, cuestión de tiempo.

Sapiens, que procreó con Neanderthal (muy al contrario de lo que venían sosteniendo los a la par puristas del primero y denostadores del segundo, al que calificaban poco menos de "simple bestia sin habilidad ni cerebro"), Homo Sapiens, decía, siguió la tradición... hasta ahora. Sí, la memoria ancestral y colectiva debe ser tan fuerte -y más- como para mantener vivas esas costumbres y fabricarlas incluso sin pensar en ellas.

Efectivamente, cazoletas, hoyuelos y canales que "comunican" (o no) aparecen por todos lados donde el hombre anduvo, nómada o sedentario, en santuarios rupestres (conjunto de diferentes elementos de culto realizados sobre roca); otros, esculpidos sin aparente orden o que no hemos sabido interpretar; otros, formando juegos prehistóricos que pasaron la criba del tiempo y aún perduran.

Como quiera que sea, estos elementos están ahí: sólo hace falta abrir el campo normal de nuestra mirada -que, en general, sigue siendo bastante miope- para dar con ellos. Es, también, cuestión de tiempo, y de paciencia, de entrenamiento... Seguro que lo que de Neanderthal llevamos dentro también nos ayuda en esta tarea tan natural como gratificante. 

A por ella, pues...




DOS LIENZOS CON HUELLAS:

ALLÍ donde se forma un abrigo de las inclemencias norteñas -incluso de las lluvias atlánticas-, protegidos por las paredes de pizarra, sobre la roca madre de esquisto que allí aflora y casi hiere la vista en las puestas de sol -por sus tonalidades áureas y plateadas-, a distinto nivel uno del otro con respecto al mismo plano, ligeramente inclinados hacia el Norte los dos, aparecen sendos soportes donde el hombre representó parte de su universo, tal vez por motivación cultual, tal vez por alguna intención que a mí se me escapa.

Analicémoslos...


Ubicación de los soportes



Ubicación de los soportes, sin descriptores



Toma desde una orientación norte. En el panel A, mi reloj de pulsera
(su esfera tiene 5 cm de diámetro)



Idéntica fotografía que la anterior, sin indicadores




PANEL A:
SU tamaño no es muy grande (aproximadamente, 70 cm de largo y unos 55 cm de ancho). Su flanco este se adentra por debajo de las piedras que componen el muro construido:


Panel A, con descriptores

1: Hoyuelo. Aparentemente, elemento suelto.
2: Dos hoyuelos comunicados mediante un canalillo.
3?: Dos hoyuelos dentro de una posible figura que los encierra (muy erosionada).
4: Un canal generoso, con una cazoleta y un hoyuelo, intercomunicados.
5: Hoyuelo. Aparentemente, elemento suelto.
6: Conjunto de dos cazoletas y un hoyuelo con canal que "desaguaría" fuera de la roca. Además, un hoyuelo en plano inferior que "recogería" lo vertido desde arriba.

Es posible que exista alguna figura más, que sería detectada con una buena fotografía nocturna.



Panel A: la misma fotografía que la anterior, sin indicadores


Panel A. Detalle de las dos cazoletas y el hoyuelo, comunicados mediante 
canal, antes de verter fuera de la roca, muy iridiscente...





PANEL B:
SU tamaño es menor al A (aproximadamente, 50 cm de largo y unos 45 cm de ancho), aunque hay dos elementos que ocupan las lanchas contiguas (por el Norte y por el Sur). Su flanco este se adentra por debajo de las piedras que componen el muro construido:

Panel B, con descriptores. Vista casi cenital

1: Hoyuelo con canal.
2: Una cazoleta y un canal bifurcado que, desde arriba, ocupa todo el panel y que termina "vaciando" por tres sitios en su trazado más inferior, una vez pasado el hoyuelo 5; el ramal intermedio es mucho más somero que los otros dos.
3: Hoyuelo con canalito corto.
4: Dos hoyuelos emparejados.
5: Hoyuelo que "interrumpe/une" el camino del canal.
6: Un hoyuelo en la parte más elevada de la roca.
7: Un hoyuelo que "recoge" uno de los vaciamientos del canal.
8: Dos hoyuelos realizados en una plataforma inferior al nivel del canal.


Panel B: la misma fotografía que la anterior, sin indicadores



OTRAS OBSERVACIONES, INTERPRETACIÓN FINAL (¿FINAL?) Y VUESTRO TURNO:
* El entorno de estos lienzos trabajados es rico en pizarra gris y se ha explotado con holgura (las construcciones humanas están formadas por trozos de aquella). No obstante esto, todavía se aprecian restos de lo que aquello pudo ser cuando estuvo incólume.

* Estoy convencido de que todos los elementos que expuse son artificiales y fruto de mano humana.

* No he visto paneles similares en la zona, aunque probablemente los hubo.

* Realmente, reconozco que estas lajas labradas me plantean más interrogantes que certezas, sobre todo en cuanto a la datación de la obra. La ausencia de grafías contemporáneas, así como la temática de los elementos (canales, cazoletas, hoyuelos... y su disposición, con probables rebajes) parecen apuntar a una finalidad de culto, tal vez con uso de líquido (agua o sangre). Esto no quiere decir que la cronología se remonte demasiado en el tiempo, pues sabemos que los ritos paganos pervivieron más allá de cuando los emperadores romanos impusieron el cristianismo como religión única.

* Una de las pistas más fiables en la datación de cualquier trabajo sobre piedra es cuantificar y cualificar la erosión; en este caso, se combinan huellas muy erosionadas junto a otras que no lo están tanto, lo que, lejos de alejar incertidumbre, la alimentan. Por otro lado, los efectos de la erosión sobre la piedra dependen de tantos factores (en este caso se dan), que distorsionan la lógica.

* Tras lo dicho anteriormente, voy a pronunciarme, con todas las reservas del mundo, y mi ignorancia, que supera a mis reservas: santuario rupestre de culto pagano cercano al dominio romano en esta zona meseteña de Castilla y León, o incluso relacionado con la Alta Edad Media.


lunes, 20 de octubre de 2014

EL CASTRO VETÓN POR EXCELENCIA: YECLA LA VIEJA (Salamanca).

1- A modo de introducción:
El castro de Yecla La Vieja (Yecla de Yeltes, Salamanca) es uno más a sumar a los salmantinos de Saldeana, Las Merchanas (Lumbrales), y Bermellar (por citar sólo los más "importantes").


Tres características muy importantes destacan en estos restos prehistóricos celtas y los dotan de especial singularidad: 
- Sus más de 100 grabados zoomorfos realizados en la muralla, en rocas próximas e incluso a decenas de metros del poblado.

- Su perímetro amurallado, incólume y potentísimo, de, aproximadamente, 1.200 m. de longitud, de granito, con sus puertas y sistemas de defensa.

- Se cree que se mantuvo habitabilidad ininterrumpida hasta el Siglo XII, momento en el que la población se trasladó al actual municipio de Yecla de Yeltes. Dentro del recinto, se edificó, por orden de los Reyes Católicos, una Iglesia en la que aún se celebra culto.



Por todo lo anterior, nos hallamos, pues, ante el castro vetón salmantino por excelencia, que aún no ha sido excavado de manera sistemática y que, cuando esto se produzca, deparará, sin ninguna duda, numerosos y llamativos elementos arqueológicos que harán la delicia de los amantes de comunidades de tiempos pasados.


1.1. Vista del lienzo amurallado en su parte Noreste



1.2. Muralla y campo defensivo de piedras hincadas, 
próximo a su puerta norteña (la más amplia de todas)



1.3. Parte de la muralla con predominante
 orientación meridional



2- Lugares de culto en el castro:
Como ya se dijo más arriba, en los siglos XV y XVI se realizaron los trabajos conducentes a la edificación de una iglesia cristiana. Además, entre la Yecla Vieja y la Nueva, se levanta la ermita de Santiago, seguramente construida sobre otra obra más antigua. 

Especialmente sugerente es la necrópolis del castro (fuertemente romanizado), que se presupone de gran tamaño y que alcanzaría esta ermita citada, donde se encontraron varias tumbas, ya de época paleocristiana.

Sin embargo, vetones y romanos tuvieron, seguramente, lugares específicos de culto, hoy probablemente escondidos bajo tierra, aunque en algún panel de granito próximo a la iglesia se puede observar alguna cazoleta-cuenco, de buen tamaño, que puede apuntar a ritos cultuales celtas.


2.1. Parte de la muralla de la puerta norte, en primer término,
y el templo cristiano levantado en los siglos XV y XVI




2.2. La porción inferior de una estela funeraria romana en arenisca 
(el sempiterno puente sobre el que cruza el muerto hacia 
el otro mundo) incrustada en uno de los muros de la iglesia
de Yecla La Vieja. Una vez más, un ejemplo más de cómo 
los materiales más antiguos se reutilizan en la nueva
 construcción




2.3. Al fondo, Yecla de Yeltes. Vista desde las proximidades
de la iglesia (parte derecha de la fotografía) de Yecla La Vieja




2.4. Gran cazoleta artificial, profunda y con fondo en
forma de cuenco: tal vez, un elemento de algún santuario
vetón y/o romano





3- Algunas excavaciones en el castro:
Fruto de puntuales acciones sobre el yacimiento de Yecla La Vieja, salieron a la luz algunos muros de viviendas posteriores a la etapa romana, alguna puerta cegada fue abierta y se sondeó la amplia necrópolis.

En general, la actitud de los visitantes del castro es respetuosa con los vestigios y grabados, y esto es muy de agradecer.

Una vez más, habrá que esperar a futuras prospecciones parciales o a la definitiva para poder ver en su totalidad la riqueza arqueológica del lugar.


3.1. Fotografía del año 2005: una de las puertas del 
poblado (la del Oeste), cegada




3.2. La misma puerta que la recogida en la fotografía anterior 
tomada desde el interior del castro, reveló, tras la excavación, 
un paso angosto y dejó al descubierto algunos grabados
en muy buen estado de conservación. 
Instantánea del año 2013




3.3. Una estela romana fue utilizada en uno de los muros
 de esta vivienda posterior. Bajo la estela, un
pequeño afloramiento de la roca madre con 
cazoletas alineadas





4- Gran profusión de grabados:
En el castro vetón de Yecla La Vieja se han catalogado más de un centenar de grabados rupestres, correspondientes a la época vetona: caballos, toros, jabalíes, asnos, antropomorfos y figuras geométricas están grabados por toda la muralla, las rocas horizontales cercanas y, también, en algún que otro paraje más alejado.

Es extraordinaria la profusión de petroglifos y el visitante se quedará asombrado de la misma, máxime si ha visitado otros castros salmantinos, donde no abundan. Casi todos los grabados siguen un mismo patrón de fábrica, sencillo y muy característico que, no obstante su aparente simpleza, no dejan de sorprender.

Los siguientes son algunos ejemplos, una pequeña muestra:


4.1. Equino con la cabeza mirando hacia el lado derecho




4.2. Representación de un toro




4.3. Al abrigo de una visera granítica, 
más de una decena de equinos




4.4. Uno de los petroglifos mejor conservados que quedó
al descubierto al excavar la puerta oeste. La explicación
del panel dice que se trata de la representación de una
madre cierva que amamanta a su cría...  Probablemente,
se trate de una yegua amamantando a su potrillo. En
cualquier caso, una conspicua y delicada inscultura que 
recoge una escena no menos tierna




4.4. En la muralla, sobre una pieza extraordinariamente
alargada, varios equinos. El que ocupa el centro lleva 
sobre sus lomos un jinete-guerrero con lanza, en actitud
de carga contra el enemigo




4.5. Representación de un caballo más, dirigiéndose
hacia la izquierda





5- Un ¿inédito? panel de grabados:
En el año 2013, en una de mis rutinarias visitas al castro de Yecla de Yeltes, me topé con un panel con restos de petroglifos de equinos, muy erosionados. La siguiente es una fotografía que recoge la inscultura más nítida de todas, donde se aprecian las patas delanteras y traseras y el tronco del animal:


5.1. El mayor caballo del panel, realzados sus rasgos
visibles con agua destilada.




6- El Aula Arqueológica, un magnifico punto de referencia:
En la población de Yecla de Yeltes, en las antiguas escuelas, el visitante del castro de Yecla La Vieja puede visitar el Aula Arqueológica, bien antes de pisar el castro o después, según preferencias personales (yo recomiendo antes).

El Aula cuenta con algunas piezas de cerámica, adornos, armas, estelas funerarias romanas, una recreación de tumba romana altoimperial y un jabalí vetón en muy buen estado.

El personal del Aula explica, orienta e introduce al visitante en la materia que va a ver (o ha visto). 


6.1. Conjunto de magníficas estelas funerarias romanas.
La de mayor tamaño reza: "Consagrado a los dioses manes de
Materna, hija de Materno, de 52 años. Aquí yace. Que la tierra te sea leve"



6.2. Jabalí celta. Se pueden ver, con inusitada nitidez, 
los orificios nasales, la boca, los colmillos, las orejas, 
la espina dorsal, los genitales, el ano y el rabo




domingo, 12 de octubre de 2014

EL CASTRO DE SAN MAMEDE (Villardiegua de la Ribera, Zamora) Y SUS SANTUARIOS RUPESTRES.


1. INTRODUCCIÓN:
El castro de San Mamede (o de La Peña Redonda) se sitúa a unos 4 km. de la localidad de Villardiegua de la Ribera (un municipio digno de ser disfrutado con calma). Se accede a él tras recorrer un camino de tierra (se puede realizar el recorrido en coche), en general bien conservado.

Este yacimiento se encuentra delimitado por el tajo del río Duero al Oeste (150 metros de desnivel), el Arroyo de Fenoya al Sur, y al Este y al Norte por dos vaguadas que hoy están aterrazadas.

La superficie del recinto (enmarcada por una muralla de aproximadamente 2 m. de alto por 3 m. de ancho, que no es visible, y por grandes afloramientos graníticos) es de 12.500 m2. Se ha constatado la presencia de terrazas preparadas para el cultivo y, próxima al castro, se levantaba la ermita de San Amede, de la que queda el solado y la planta, restaurados. Hay tumbas incólumes próximas a la ermita.


A) El río Duero desde el Castro. En la izquierda, Portugal



2. SANTUARIOS RUPESTRES:
Al menos, existen dos santuarios rupestres en el Castro de San Mamede, o tal vez sólo uno (compuesto por la suma de los dos, asimilando el más antiguo al más moderno).

El primero está compuesto por una peña granítica de forma redonda, caprichosamente situada en una mesetilla y rodeada de elementos típicos, como cazoletas y rebajes:


B) Primer santuario: acceso al mismo (peldaños) y la
Peña Redonda, recortada en el cielo


C) Primer santuario: cazoletas y la Peña Redonda



El segundo santuario rupestre está próximo al primero y en él se pueden ven claramente dos peldaños, un rebaje rectangular a la derecha del segundo escalón (y tallado con idéntico tacto) y una meseta (o "bandeja", como la denominan los arqueólogos Luis Benito del Rey y Ramón Grande del Brío). Podría ser que éste siguiera en el tiempo al primero y perteneciera ya a la cultura romana: sería un buen lugar donde colocar alguna escultura o algún ara ceremonial:


D) Segundo santuario: dos peldaños, una meseta
y el rebaje rectangular, a la derecha.



Otra hipótesis a considerar -desde mi punto de vista- es que los dos anteriores formaran uno solo, dada la proximidad citada y la misma alineación, que se puede percibir en la siguiente fotografía:

E) El segundo santuario y, más arriba, el primero.
¿Tal vez un 2 x 1?



3. OTRAS HUELLAS DE LOS HABITANTES DEL CASTRO:
Sin ninguna duda -y siempre con las aconsejables reservas de la hipotética existencia de otras piezas por hallar-, el buque insignia del Castro vetón de San Mamede y de Villardiegua de la Ribera es la que todo el mundo del lugar conoce como "La Mula", una exquisita y esbelta escultura -llama la atención su estilizada forma- zoomorfa y ambigua, que parece representar un toro en actitud de predisposición a la embestida.

Actualmente, la talla se levanta junto a la iglesia de la localidad y conserva la peana original bajo tierra, tan grande como el animal representado. Así mismo, cabe destacar que se realizaron algunas cazoletas en su cuerpo y que probablemente, en su día, estuvo dotada de cuernos, de otro material que no fue granito: en el lugar donde irían, aparece un hueco -pulido y continuado- que atraviesa la cabeza del animal. En ésta, aún se aprecian claramente las curvas de la testuz.


F) "La Mula", de bello acabado



G) Detalle de la cabeza del zoomorfo, donde se 
aprecian la testuz del animal y la ubicación de sus
cuernos, continua, de lado a lado



H) Otra toma de la cabeza de "La Mula"



Unas 30 estelas funerarias romanas se identificaron en el Castro de San Mamede, que fueron a parar, unas, al Museo Provincial de Zamora y, otras, embutidas en corrales y paredes de casas por los vecinos del pueblo, aparte de las que se usaron para la construcción de otros edificios, como la hoy inexistente ermita de San Amede. También pueden observarse pedazos de aras votivas.


I) Estela funeraria romana en la pared de una vivienda:
"VIRONO HIJO DE TUROVIO FALLECIÓ A LOS 60 AÑOS"



J) Parte de ara romana





4. MISCELÁNEA:
En el Castro de San Mamede hay también algunas rocas grandes con también grandes huecos que miran hacia occidente, y otras con multitud de cazoletas, tanto en el plano horizontal como en el vertical.

Como sucede en tantos y tantos lugares arqueológicos, serían altamente deseables excavaciones sistemáticas que sacaran a la luz la riqueza que aún ocultan. Pero, dados los malos tiempos que corren, habrá que esperar años... 

No obstante lo anterior, el primer paso está dado. Que aquellos que en su día terminen el camino, lo hagan con respeto, cariño y admiración hacia sus antepasados. Sea.


K) Rocas con cazoletas y oquedades orientadas
hacia la puesta de sol




L) La misma roca recogida en la fotografía anterior




miércoles, 24 de septiembre de 2014

EN BURELA (LUGO): ¿ALGO MÁS QUE DOS ROCAS NATURALES?

En la coqueta ciudad de BURELA (Lugo), a pie de playa, realzadas por un montículo, y rodeadas de otras rocas más bajas, se pueden ver dos con curiosas formas que estimo naturales.



A) Las dos rocas de las que se habla


No dispuse de tiempo para escrutar el conjunto como merecía, a diferentes horas para comprobar si la incidencia de la luz sobre las mismas arrojaba algún dato más claro, y con sol a diferentes alturas en el cielo.

Como decía, no observé nada meridianamente artificial, salvo una cazoleta, que me pareció clara, y una pila con canal de desagúe, de factura indefinida (¿natural o artificial?).

Recientemente, visité el dolmen de Almeida de Sayago (Zamora) y pude ver santuarios catalogados que me recordaron a Burela: fue por eso que rescato las fotografías que obtuve entonces en Galicia para exponerlas en esta breve Entrada.

Poco más puedo añadir... Lamento -eso sí, de nuevo- no poder haber observado con más detenimiento aquellas formas gallegas...

Os dejo con las fotografías y algunas pequeñas notas sobre las mismas.



B) Roca 1. Con una pila que no retiene, dos canales 
que vierten fuera del granito, sobre la tierra, 
y la cazoleta que me pareció artificial (acaso también la pila
y el vaciamiento "principal") 



C) Roca 1. Toma que permite ver las 
curiosas formas de la roca



D) Roca 1. Vista de la pila y de parte del canal



E) Y la Roca 2



sábado, 15 de febrero de 2014

SÍ, PERO NO... AUNQUE... (Monsanto, Portugal)

No es infrecuente que a aquellos a los que nos gusta escudriñar la piedra se nos presenten agradables y curiosas sorpresas, en las que apenas nadie repara, ni siquiera los nativos de los lugares explorados.

Monsanto es una bella población desde cualquier observatorio desde el que se aborde. Posee el encanto de su arquitectura antiquísima y la suficiente tranquilidad para disfrutar de ella, lentamente, dejándose llevar echándose en sus brazos... La recompensa a una atenta e improvisada visita es extraordinaria y el viajero se queda con la sensación de que se ha perdido muchos rincones, así es que la mayoría de la gente que deja atrás este "Monte Santo" (tal vez sea más certero "Sagrado") lo hace con el propósito de retornar a sus calles a la menor oportunidad.

Frecuento Monsanto desde hace algunos años y cuanto más lo recorro, más me queda por conocer y asimilar. Su potencial arqueológico es enorme, casi inabarcable; hacerse una idea de las ubicaciones de las diferentes culturas que por él pasaron, una heroicidad. Hay mucho trabajo de campo por hacer y, muchas veces, desearía poder disponer de dos o tres años para dedicárselos a este lugar tan variopinto y conspicuo. Como esto me resulta imposible hoy por hoy, hay que ser práctico y aprovechar lo que hay desde lo que se es y lo que se puede disfrutar. En eso estoy, también desde hace algunos años, no hay que desaprovechar ni un minuto de tiempo... Al meollo, pues.



En una de mis últimas excursiones a Monsanto, reparé en unas figuras realizadas sobre el musgo añejo del granito (fotografía 1): una especie de flor (fotografía 3), una luna en cuarto creciente (fotografía 2) y unas "ondas" como las que se forman en el agua cuando se lanza alguna piedra a ella, con una oquedad en el centro (fotografía 4).
Así mismo, examiné los otros agujeros (artificiales) en la roca y retiré un tanto los elementos de madera que entorpecían la visión de lo oculto tras ellos.

Observé, además, los peldaños tallados y que aparecen en la parte derecha de las fotografías.

Como lógico (y, a veces, fructífero) recurso, pregunté en la Oficina de Turismo: me dijeron que nunca lo habían visto, literalmente, y me miraron con cara de no entender mi curiosidad al respecto...

Ese pequeño solar que acoge las figuras que son protagonistas en esta Entrada de este blog estuvo, en su día, ocupado por alguna vivienda que, quizás, tuvo un pequeño huerto pegado al a la roca donde alguien grabó “la flor”, la Luna y los “círculos” concéntricos.
Por otro lado, los huecos en la pared vertical podrían haber servido de apoyo a vigas de madera para uso indeterminado. Ésta es la lectura más “lógica”. Sin embargo, no está del todo claro que sea, también, la interpretación correcta, y aparece el "Sí, pero no, aunque…"
Efectivamente. ¿Y si alguno de los rebajes tallados en el granito fue hecho para albergar algo muy distinto a una viga, como hornacina, por ejemplo? No, no es ningún disparate. De hecho, se ha comprobado que muchos hogares poseían espacios de culto, altares, unos lustrosos, otros mucho más modestos: tener a mano a Dios (a los dioses), un lugar donde agradecer favores y solicitarlos debió ser muy común.
Sinceramente, creo que hay que tener muy presente esta otra posibilidad junto a la otra, la funcional y más mundana.
¿Y por cuál me decanto yo?: por ninguna de las dos; a falta de más datos, lo lógico es no descartar ninguna.


Otro aspecto importante: la cronología, ¿cuándo pudieron hacerse esos grabados?. Difícil de concretar, ciertamente. Si hubiesen sido realizados sobre el lienzo de granito, tal vez sería más fácil aseverar. Pero no es el caso. Las figuras se realizaron sobre el musgo. ¿Y cuanto tarda en formarse/deshacerse una capa de musgo? Depende de muchos factores, pero, en todo caso, más tiempo del que a priori parece. He observado cruciformes sobre musgo/liquen (probablemente, con la intención de cristianizar lo pagano) muy antiguos. Estoy hablando de medio milenio, y a veces más atrás. Los motivos advertidos en este caso que tratamos de Monsanto (“flor”, Luna vertical en cuarto creciente y “círculos” concéntricos) son peculiares, no hablamos de corazones, ni de declaraciones de amor, ni de vulgares escenas eróticas que todos hemos visto decenas de veces, no: los motivos (repito) parecen ser más “trascendentes”… Esto me lleva a pensar en una autoría refinada en su simbología e intención, y no me extrañaría para nada que nos halláramos antes una obra secular.

Antes de poner el punto final, y para que nadie se llame a engaño, quiero dejar constancia por escrito de unas reflexiones en voz alta: quiero señalar que no me parece inteligente ningún dogmatismo (ni el academicista ni su contrario), que ninguna puerta debe cerrarse definitivamente de ningún lado, que deben contemplarse todas las hipótesis de trabajo, y que los hechos demuestran una y otra vez que todo está en movimiento y que nos debemos subir a él para entender mejor y poder seguir su ritmo. Esta argumentación me parece válida para cualquier aspecto de la vida y, por consecuencia, también para la Arqueología. Y es que más de una vez comprobamos que lo que ayer era incuestionable hoy ya no es doctrina, que le doy muchísima más importancia a disfrutar que a descubrir, y que, aunque siempre habrá voceros que traten de imponer sus mentiras y cortar las alas de los díscolos, yo prefiero la libertad en todo y a ella me debo, aunque esto último parezca un contrasentido en sí mismo, que no lo es.


SUGERENCIA: He visto estas fotografías decenas de veces y hasta ahora no lo he descubierto… Pero será más divertido que lo veáis vosotros mismos: mirad la fotografía 1, entre la “flor” y los círculos concéntricos.



Fotografía 1. Conjunto




Fotografía 2. Luna




Fotografía 3. Flor




Fotografía 4. Círculos u ondas




Fotografía 5. Toma general frontal



Fotografía 6. Toma general lateral