sábado, 28 de marzo de 2015

LOS DIOSES, EN LO ALTO (PERO NO SIEMPRE).

1- BREVE INTRODUCCIÓN:
El de PANOIAS (Portugal) es el Santuario rupestre que nos da muchas claves acerca de cómo algunos pueblos anteriores a los romanos, y estos mismos, sacrificaban en honor de dioses variopintos. 

En efecto, Panoias es la Piedra de Rosetta que nos permite a muchos interesados y aficionados a estos temas sostener con fundamento que hubo santuarios, dioses, víctimas y orden y precepto en esas ceremonias. 

Sin Panoias, y sin algunas referencias de cronistas romanos, se nos tacharía (aún más que ahora) de locos especuladores sobre este asunto (recomiendo encarecidamente la lectura del siguiente enlace: PANOIAS. Además, otro vistazo a este otro: ULACA).



1. Roca y peldaños conducentes a la cumbre de ésta, 
donde el pueblo inmediatamente prerromano
realizaba sacrificios a sus dioses



2- ALGUNOS SANTUARIOS SALMANTINOS:
No, no estamos locos quienes hablamos de rocas rituales cuando hacemos referencia a los pueblos celtas. 

Es muy difícil saber en qué consistían los cultos, pues los celtas no manejaban la escritura (no porque fueran un pueblo atrasado, sino porque practicaban intensamente la tradición oral a través de los druidas, encargados de inculcar en los niños la cultura de esas tribus que plantaron cara a Roma).

En el caso del Castro de ULACA (Ávila), parece evidente que se ofrecían víctimas humanas, además de ofrendas de animales. Probablemente, estas prácticas fueran comunes a otros pueblos celtas, y, en concreto, a los vetones que poblaron los castros salmantinos de Las Merchanas (Lumbrales), Yecla La Vieja (Yecla de Yeltes), El Castillo (Saldeana), Irueña (Fuenteguinaldo), El Castillo (Pereña) y Bermellar.

Efectivamente, hay elementos comunes que he encontrado en los que conozco (la mayoría) de una forma más pormenorizada, quedándome por ver el de Bermellar.

Hasta ahora, a estos enclaves vettones se les ha dedicado aspectos como murallas, campos de piedras hincadas, verracos, grabados zoomorfos y humanos... Posiblemente, ha llegado el tiempo de excudriñar otras características (menos transparentes y más controvertidas): las evidencias cultuales. Veamos dos ejemplos.

2a- El Castillo (Saldeana):
Dentro del poblado, en algunos de los escasos claros de vegetación a los que se puede acceder, aparecen rocas con cazoletas, aisladas o en grupo, a modo de pequeños altares, tal vez extendidos por todo el recinto. Estas manifestaciones podrían constituir cultos por clanes, barrios o, incluso, viviendas: protección cercana del terreno más frecuentado.

En otros lugares, aparecen, ya, conjuntos de cierta magnitud, como el que describo someramente a continuación. 

Está realizado sobre una lancha de roca madre que se inclina suavemente hacia el Oeste. Cazoletas de tamaño mediano, incomunicadas, se reparten por los límites de la roca citada, a la que se "accede" mediante un rebaje pulido. En la parte oeste, tres alineaciones de tres cazoletas parecen marcar el Oeste, el Sur, el Noroeste y el Sudoeste. En la parte sur de la roca, un receptáculo mayor "desagua" fuera de la misma. Un interesante enigma a interpretar.

2. La roca descrita, fotografiada desde una tendencia noreste


3. La misma roca, fotografiada desde el Sur


4. Tres alineaciones en la roca, como primitiva rosa de 
los vientos


2b- Yecla La Vieja (Yecla de Yeltes):
...Y la segunda roca, gemela de la de Saldeana, con parecida distribución de los espacios y las cazoletas, todo a menor escala. Las diferencias: las alineaciones no aparecen tan claras, aunque las hay, y hay canales que comunican algunas cazoletas. Al natural, se aprecian más que no se ven en la fotografía: otro panel no menos bonito que el de Saldeana.

5. El santuario de Yecla La Vieja



3- CONCLUSIONES:
No se puede decir que las deidades en las que los celtas se amparaban tuvieran queja de estos a la vista del gran número de rocas cultuales encontradas, dentro de los castros o en sus inmediaciones.

A buen seguro, los diferentes pobladores de los castros vetones salmantinos construyeron sus santuarios rupestres con más semejanzas que diferencias.

Es hora de que la Arqueología empiece a tener más en cuenta estos vestigios, que deben ser estudiados, protegidos y señalizados, como lo están los otros, mucho más claros. Será una tarea ardua, muy complicada..., mas plagada, también, de tesoros humanos. Es hora de poner un anuncio que rece: "Se buscan arqueólogos que vayan más allá de lo que les enseñaron en las Facultades". 

¿Los habrá? ¿Habrá ese tipo de arqueólogos? Ojalá que sí. 

Ojalá, porque el reto merece la pena.

Sí, Ojalá...