domingo, 17 de noviembre de 2013

¡HAGAN JUEGO, SEÑORES!

Como mamíferos que somos, la especie humana aprende y socializa jugando. Es algo inherente a nosotros. También competimos. El juego es hermano de la competición. Los humanos competimos y jugamos desde hace millones de años. Quien gana, es el más fuerte, el óptimo para dejar descendencia; quien pierde, queda relegado a un segundo plano.

Posiblemente, poco a poco, los juegos y competiciones sangrientos fueron dando paso a otros en los que primaban la habilidad y la inteligencia.

Hoy en día, seguimos compitiendo y jugando. A veces, cruentamente; en otras ocasiones -por fortuna-, de manera pacífica. Yo suelo decir que, en el fondo, no hemos cambiado tanto, a pesar del paso de los milenios. Somos capaces de alcanzar las más deslumbrantes ideas y también de matar al otro en un segundo. Somos una especie inteligente y torpe, comprensiva y vengadora, modélica y desechable. Y todo a la vez... Somos líneas zigzagueantes: es nuestro sino. Tal vez un día, la actual estúpida y desigual estructura social evolucione hasta llegar a la justicia, la igualdad y la fraternidad, hasta un modelo donde se juegue y compita sólo para enseñar y aprender, simplemente para eso (siendo sincero, debo decir que no soy nada optimista al respecto).

En fín, la presente Entrada no persigue sino presentar modesta y gráficamente algunos juegos que acompañaron al hombre desde la época prehistórica hasta nuestros días, sin entrar en más profundidades que se pueden encontrar en blogs más enjundiosos que éste.

Así es que, retirada la funda protectora de la ruleta, ¡HAGAN JUEGO, SEÑORES!.




Calvarrasa de Arriba (Salamanca):
A aproximadamente unos 800 m. del pueblo, se localizan algunas ruinas de habitación romana. Una ermita, una fuente, un lavadero y una "plaza de toros" retangular indican que allí hubo un asentamiento, probablemente alguna villa o poblado pequeño.

  Un posible tres en raya




Valencia de Alcántara (Cáceres):
La población de los alquerques de 9, mayoritariamente colocados cerca de las iglesias.
 
Contando desde la plaza enpedrada: en el 5º peldaño, en la esquina superior
 derecha de la fotografía, un alquerque de 9 y otro (más desgastado) en el centro-
 inferior de la foto. Además, en la esquina superior derecha de la fotografía y en
 el 6º escalón, un tres en raya



Un posible alquerque de IX, muy deteriorado



En la cumbre del torreón de la fortificación del S. XVIII, a modo de
cubierta a dos aguas, se colocaron unas lajas de pizarra
 (todas grabadas con variopintos motivos). En una de ellas, hay un
alquerque de 9 (ver la fotografía siguiente)



Alquerque de 9



Otro alquerque de 9



Y otro más, también de 9, más erosionado




Tui (Pontevedra):
Mirar los enlosados de las calles puede depararnos sorpresas agradables, como éstas de la citada localidad pontevedresa:

Tablero de juego de 3x5



Otro tablero de juego, éste de 3x4



El Barco de Ávila (Ávila):

Pequeño alquerque de 9, muy bien conservado



La Alberca (Salamanca):
Estas piezas podrían ser familiares directos de las de Tui si no estuviesen tan alejadas las unas de las otras.

Tablero de juego de 3x4, reutilizado como jamba


Otro tablero de juego (de 3x4) reutilizado



Fermoselle (Zamora):
En una de las dos partes más altas de la población de Fermoselle, allí donde aún quedan restos de las rocas originales que había antes de que los "destrozaarqueología" decidieran dar permiso para plantar antenas de telefonía móvil, llevándose por delante casi todo lo que hubiera, allí, decía, persisten curiosos elementos que destacan por su belleza y traza. Algunos de ellos son los siguientes (esperemos que no los destrocen estos políticos de corbata de seda, calcetín roto y cabeza hueca):

Figura formada por cinco cazoletas. Acaso un tres en raya.



Tres en raya realizado sobre un rebaje, también artificial



Juego. Disco solar




Marialva (Portugal):
Marialva es una de la denominadas "Aldeas Históricas Portuguesas", y me parece una maravilla. Conserva una fortaleza y murallas, dentro de las que se levanta el burgo medieval. Fuera de la línea fortificada, se sitúan las casas habitadas, el castro celta y el asentamiento romano.

Tablero de juego, reutilizado



Un tres en raya reutilizado en la construcción de una vivienda



Miranda del Castañar (Salamanca):
En la denominada Ermita de La Virgen de la Cuesta, cerca del casco poblado del pueblo, y antes de penetrar en el interior de la misma, un enlosado de cantos rodados de río es digno de ser revisado con tranquilidad. En él se pueden distinguir tres cincunferencias: una mayor (la del centro) y dos más pequeñas. La circunferencia mayor parece representar una flor con 8 pétalos. Las otras dos circunferencias no tienen "pétalos", sino 4 diámetros. Las tres figuras presentan en cada una de sus 8 porciones que unen éstas con el tramo de la circunferencia que les afecta, otro ornamento en forma de (): éste es, a mi juicio, el detalle a destacar, pues es lo que nos permite identificarlas con tableros de juegos, Es hasta posible que se jugara sobre ellos.

En Torrejoncillo (Cáceres) se jugaba a "conquistar reinos". Ocho jugadores (ocho porciones) eran los reyes de esos ocho territorios y trataban de invadir el país vecino. Cuando se conseguía esto último, el invasor gritaba: ¡"Sangre"! (muy significativa la reminiscencia, a mi modo de ver).

Aún hay más. Si nos fijamos bien en la figura a), vemos que los "pétalos" están diseñados utilizando dos tipos de color de piedra: una, clara y otra, oscura. Si obviamos los trazados de las piedras oscuras y nos quedamos sólo con los de las piedras claras, aparece una figura de un arácnido. Soy consciente de que ésta es una lectura quizá demasiado atrevida, pero quiero dejar constancia de ella, pues la considero con muchos visos de ser correcta.


 
Figura a). Circunferencia mayor. Nótese la diferencia de color entre las
piedras más claras y las más oscuras. ¿Puedes ver el posible arácnido?
Ocho pétalos y ocho subporciones en forma de (). Un tablero de juego. 


Una de las circunferencias pequeñas: ocho radios, ocho porciones,
ocho celdillas () en cada porción; en resumen, otro tablero de juego.



NOTA BENE: se pueden ver los tableros originales de los que podrían haber derivado estos de Miranda del Castañar, el circular de Fermoselle y los de Tui y La Alberca en los siguientes enlaces:






Castelo Rodrigo (Portugal):


Alquerque de doce trazado en un sillar reutilizado
en una casa de nueva edificación



Robledillo de Gata (Cáceres):
Modesto, somero tablero de juego de 9 realizado sobre granito.

 Imagen realzada del alquerque

  

Belmonte (Portugal):
Alquerque de doce muy erosionado, trazado al pie de la muralla y castillo de Pedro Alvares Cabral (descubridor y conquistador de Brasil).

 



Hervás (Cáceres):
Durante la reconstrucción del puente próximo a la judería, alguien insertó este pequeño (15 cm x 10 cm aprox.) tres en raya, grabado en pizarra gris.

Tres en raya


Garganta la Olla (Cáceres):
Cuatro alquerques de 9 (5 x 5 agujeritos) y un tres en raya.
Imágenes realzadas, para poder apreciar mejor los juegos.

1

2

3 y 4. El del lado izquierdo, es un alquerque de 9
al que se le ha resaltado el tablero del tres en raya; 
es decir, dos juegos en uno




Ermita de San Mamede (Villardiegua de la Ribera, Zamora) :
En lo que fuera el suelo de esta ermita, o tal vez situadas fuera y ahora, con la reconstrucción de su planta, colocadas dentro del templo, aparecen estas lajas de pizarra con orden diagonal continuado, predominando sobre el orden 3-2-3-2... Posiblemente, nos hallemos ante un juego de bolos.

Las lajas citadas arriba, de más fácil lectura en diagonal que
de arriba abajo o viceversa



Salvatierra de Tormes (Salamanca):
Rescatado del olvido (usado como nueva pieza en la rehabilitación de una plazuela), un alquerque de 9 (5 x 5 agujeros).

La hoja es de pizarra gris, muy abundante en la zona. El
alquerque está mutilado en dos de sus filas (parte inferior
izquierda de la fotografía


Detalle de ejemplo anterior: entre los someros agujerillos,
alguien trazó ligerísimas rayas para
una mejor orientación de los jugadores




Casafranca (Salamanca):
El más pequeño tres en raya que he visto. Probablemente, en origen, fue la representación de una casa con su tejado, pero la figura del tres en raya también es evidente. Está realizado en una laja de pizarra gris que sirve de poyo, cerca de la puerta de una vivienda.

"El más pequeño tres en raya que he visto"



Esta otra representación ya tiene dimensiones más normales:
15 cm x 15 cm. Su soporte, esquisto gris. La fotografía está
realzada para poder ver mejor los trazos





Bonilla de la Sierra (Ávila):
Hoy en posición vertical, sosteniendo parte de un muro, esta roca estuvo en su día en horizontal y recoge un tres en raya formado por 9 hoyuelos alineados.

La roca soporta un gran peso y presenta unos
 hoyuelos muy erosionados





Arevalillo (Ávila):
Una pila de agua bendita que alguien desterró del lugar para la que fue creada tampoco es mal soporte para la diversión del juego. Aquí tenéis otro ejemplo de juego en forma de disco solar:

La pila de agua bendita (de considerable tamaño)
se encuentra hoy boca abajo. En la fotografía, la pieza en cuestión.
En primer término, la lengua que entraría en el muro del templo.
En la parte superior de la foto, el juego tallado.



Detalle de la fotografía anterior: toma cenital del juego.
Una circunferencia de 6 radios y 6 porciones.


sábado, 26 de octubre de 2013

CONJUNTO DE ELEMENTOS "menores" EN EL BARCO DE ÁVILA (Ávila)

Introducción:
En una de las puertas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de esta localidad abulense, en un espacio de apenas 40 metros cuadrados y antes de penetrar en el templo, bajo la sempiterna supervisión de la sobria portada gótica, quien vaya mirando el suelo enlosado -además de a la fachada y a otras alturas-, aquel que busca más allá de lo que a primera vista se ve, tiene la oportunidad de toparse con un curiosísimo conjunto de elementos que están allí recogidos y que deleitan la vista del amante de estos asuntos.

   Cartel anunciador con la iglesia como fondo



Portada gótica y el solado donde se encuentran los grabados



La misma fotografía que la anterior, con los descriptores y las flechas señaladoras



Relación de elementos:
A) En el umbral de la portada, allí por donde los fieles no penetraban en la iglesia en la mayoría de ocasiones, pues el acceso más usado -y así lo atestigua el rebaje de la piedra- se sitúa más a la izquierda, coincidiendo con la puerta pequeña, alguien talló en su día 25 hoyuelos (5 x 5) alineados: un alquerque de 12, sin líneas y muy bien conservado.

 
Fotografía del alquerque de 12 fichas de cada color



B) En dos de las lanchas de granito, se recogen sendas representaciones de equinos o bóvidos.
El primero - de mayor tamaño- parece pastar, y está acompañado de trazos que podrían formar parte de alguna escritura o ser restos de otros zoomorfos.
El segundo -muy erosionado- es menor y no presenta las cuatro patas, al contrario de su hermano ya descrito, sino dos (las otras estarían ocultas tras las que se ven).

El primero de los cuadrúpedos, con prolongado/a rabo/cola...



 
El segundo zoomorfo



C) Tres son las que hay e interpreto -no sé si acertadamente- como losas de tumbas: dos de ellas con plantas humanas calzadas, y una tercera que no presenta ningún grabado más que las líneas laterales (al estar cercenada, tal vez lo que había grabado se lo llevó el corte).
Ya los romanos representaron pies y mano humanos en piedras, pero los pies -los leo como tales- de El Barco de Ávila parecen ser posteriores y no estar acompañadas de ninguna letra de ningún alfabeto.

La primera y más vistosa de las cubiertas de las tumbas.
Se aprecian dos huellas calzadas de pies humanos, enmarcadas
 en un rectángulo, más las dos líneas longitudinales



Detalle de la primera losa




La misma fotografía que la anterior, en negativo



La segunda de las cubiertas de una tumba.
Tiene una sola huella y en la parte izquierda parece
adivinarse algún círculo u otro grabado geométrico.



La misma fotografía que la anterior, en negativo


La tercera cubierta de tumba, la que menos datos nos aporta...
En la lancha contigua, una cazoleta.




D) En otra laja de granito, hay representados más signos o antropomorfos, aunque están cubiertos parcialmente con cemento y es muy difícil apuntar siquiera una lectura aproximada de lo grabado. En esta fotografía se puede ver lo dicho inmediatamente antes:





Breves apuntes finales:
La riqueza de los edificios religiosos españoles es tan diversa como incalculable. En general, las personas que los visitan por dentro y por fuera se fijan más en los elementos -llamémosles así- "llamativos", más espectaculares, y es normal. Sin embargo, más allá de los frisos, arquivoltas, ventanas, columnas, retablos, arquitrabes, etc, etc, otras piezas -llamémoslas así- "menores" conviven con las primeras sin ser tan protagonistas como éstas, aunque poseen una potente entidad propia que las hace únicas y merecedoras de localización, estudio, difusión y visita, constituyendo lo que yo vengo a llamar "arqueología minoritaria", ésa que sólo los que van buscándola la ven.
Creo que va siendo hora de que las visitas guiadas las recojan en su repertorio y las autoridades competentes en la materia se ocupen de ellas como es debido, porque poseen la suficiente enjundia como para ser mimadas.
Y, por último, permíteme un simbólico y modesto consejo: "Antes de subir al elefante, échale un vistazo al suelo que le rodea y sustenta: tal vez, des con auténticos tesoros", bellas alhajas como éstas de la portada gótica de la Iglesia de la Asuncion de Nuestra Señora, en la localidad de El Barco de Ávila.

¡Suerte y a por ello, pues!  

sábado, 28 de septiembre de 2013

EL CASTRO DE LAS MERCHANAS Y SU "FERRARI" (LUMBRALES, Salamanca)


TERRITORIO VETÓN:

Éste es el logotipo que se eligió para identificar a los castros de
Yecla de Yeltes y al de Las Merchanas (Lumbrales).
Es la reproducción de un guerrero celta
 a caballo y con lanza



ACCCESO A LAS MERCHANAS:
Los vestigios de este poblado vetón se sitúan junto a un meandro del río Camaces, a unos 7 km de la localidad de Lumbrales: 4 km desde éste al primer panel explicativo y otros 3 km de aquí al castro (la mayor parte de estos 3 km se pueden hacer en coche, siguiendo una pista no asfaltada). Alrededor de 800 m hay que hacerlos obligatoriamente a pie: los últimos. Éstas son las distancias "oficiales", pero a mí me sale algún km más. 
Antes de llegar al antiguo asentamiento, existen algunos artilugios que ayudan a comprender mejor el entorno y la vida castreña. 

Actualmente, se pueden ver dos puertas en las murallas, muy interesantes las dos.

Si la visita se realiza caminando desde Lumbrales o desde el gran panel descriptor en tiempo caluroso, es imprescindible llevar agua en abundancia, pues no la encontraremos en la ruta. Personalmente, recomiendo la visita a pie desde el primer panel explicativo y en primavera o en otoño. Asimismo, aconsejo evitar las horas centrales de sol si se quiere apreciar mejor los grabados y/o tomar fotografías del conjunto o de algún detalle.


Vista parcial de uno de los laterales de la primera puerta
 que el visitante se encuentra al alcanzar el castro 


Curva de la otra puerta, situada junto al campo defensivo
 de piedras hincadas, con petroglifos, hoyuelos y verraco
(según mi visión, un jabalí).



MURO ROMANO:
Se conserva aún un muro de factura romana en el interior del perímetro de la muralla. En la zona en que se levanta, se nos dice, se encontraron pedazos de estatua de mármol (¿de algún emperador?) y otros objetos (prospección parcial en los años 50 este siglo).
Hoy, fragmentos de tégula y cerámica de aquella época son fácilmente visibles.
Al igual que en los poblados ya recogidos con anterioridad en este blog, se hace necesaria excavación especializada y sistemática que saque a la luz los restos arqueológicos y arquitectónicos que, casi con total seguridad, depararían agradables y valiosas sorpresas.






EL FERRARI:
En uno de los sillares (muy irregular) de la muralla aparece un petroglifo simétrico que, dicen, se asemeja a un coche de Fórmula I visto desde su cénit, por lo que a alguien se le ocurrió darle el nombre de "El Ferrari".  Bien, anécdotas aparte, y a falta de una lectura certera del grabado, aún así, merece la pena localizarlo y verlo: su ubicación está muy bien señalizada.


Fotografía de parte del panel que señaliza y describe el "Ferrari"


La inscultura conocida como "El Ferrari" sobre la piedra



OTRAS HUELLAS DEJADAS SOBRE LA PIEDRA:
"El Ferrari" no es la única figura que puede verse en el castro de Las Merchanas, antes bien, bastantes más fueron esculpidas. Siluetas muy difíciles de interpretar, aunque parecen atisbarse equinos, otros zoomorfos o antropomorfos, como los que se exponen a continuación:


Petroglifo(s) 1


Petroglifo(s) 2


Petroglifos 3


Petroglifo(s) 4




CONLUSIÓN, Y: ¿HUBO ALGUNA CULTURA ANTERIOR EN EL MISMO SITIO?
El castro de Las Merchanas guarda muchos secretos y, con el paso del tiempo y las pertinentes actuaciones sobre el mismo, irán viendo la luz. Es toda una aventura y un privilego su libre visita. Igualmente, hay que destacar el comportamiento y la actitud, mayoritariamente exquisitos, de las personas que van a descubrirlo.

Recomiendo encarecidamente a los que no conozcan este poblado y tengan previsto acercarse hasta él, que se dejen llevar por su intuición, además de por las informaciones-indicaciones de la señalización. En los aspectos de la Historia y los restos arqueológicos hay que ser y sentirse un poco aventurero. La recompensa -lo prometo- es muy alta, merece la pena.


Molino de mano, partido. Este tipo de mortero fue muy apreciado
durante algunos milenios


Oficialmente, Las Merchanas estuvo habitado desde el siglo II a.C. hasta el siglo V d.C.

En mi excursión a este castro, observé varios vestigios que me hacen considerar seriamente la posibilidad de que este periodo puede remontarse hacia atrás en el tiempo, abarcando, tal vez, Bronce y/o Calcolítico.

La puerta estaría, así, abierta a otras historias ajenas a vetones y romanos. Veamos quién y cuándo pondrá la llave en la cerradura y penetrará en un pasado mucho más remoto. Otro reto más para los especialistas, otro tesoro más a buscar...

Y, mientras tanto, os envío mi deseo de que los dioses celtas y romanos (y, tal vez, anteriores) os sean propicios, dentro y fuera de estos parajes sembrados de belleza externa e interna. ¡Feliz travesía por Las Merchanas